- La inversión en prevención se mantiene insuficiente desde 2019. Cada año, las lluvias intensas provocan pérdidas económicas y afectan la vida de miles de familias.
Junín, 17 de septiembre de 2025.- En Junín, una de las regiones más expuestas a lluvias intensas e inundaciones, la prevención avanza con lentitud. Hasta agosto de 2025 apenas se había ejecutado el 19% del presupuesto destinado a reducir la vulnerabilidad y atender emergencias por desastres. Esto significa que aún quedan 26 millones de soles por invertir. Con este bajo nivel de avance, Junín ocupa el quinto lugar con menor ejecución en el país y mantiene a la población expuesta a riesgos por desastres.
De hecho, en los últimos años se ha mantenido un ritmo de baja inversión que impide impulsar las acciones de prevención: entre 2019 y 2023 no se llegó a ejecutar ni una quinta parte del presupuesto asignado en la reducción de prevención de desastres naturales, con un punto crítico en 2022 cuando apenas se utilizó el 4% destinado a la prevención de desastres naturales.
“Las lluvias intensas son la principal amenaza natural en Junín y, cada año, provocan inundaciones en distintos distritos. Aunque las precipitaciones son inevitables, las inundaciones y los daños que sufren las familias se pueden prevenir únicamente con una inversión eficiente en prevención. Esto se debe ver reflejado en obras y acciones concretas como muros de contención, limpieza de quebradas, drenajes en las ciudades, sistemas de alerta temprana y planes de evacuación comunitaria”, explicó el economista César García, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Las consecuencias de la baja inversión trae consecuencias que se repiten cada año en la región. Por ejemplo, en 2022, en la selva central de Junín, una lluvia de más de 12 horas provocó el desborde del río Satipo, lo que bloqueó vías y afectó a localidades. Asimismo, un año después, las fuertes lluvias causaron el deslizamiento de piedras y lodo, lo que dejó incomunicadas a 6 comunidades.
Esto es grave si se considera que según el informe de CENEPRED “Escenarios de riesgo por inundaciones y movimientos en masa en el marco del Plan Multisectorial 2025-2027” cerca de 126 mil casas y más de 358 mil personas están en riesgo por inundaciones. Durante los meses de verano las lluvias asociadas a eventos como El Niño o La Niña aumentan el riesgo de inundaciones, y Junín es una de las regiones más expuestas. Por ello, hoy resulta fundamental avanzar con las labores de prevención para que la región esté preparada con anticipación.
“Cuando un gobierno no invierte en prevención de desastres, en realidad está postergando el problema y encareciendo la solución. Los costos después de una emergencia no se reducen a reparar viviendas o limpiar el lodo: también implican pérdida de ingresos porque las familias no pueden trabajar, cierre de negocios y caída del empleo. A ello se suman los gastos del Estado en rescate, asistencia humanitaria y prolongados procesos de reconstrucción”, indicó el economista.
De acuerdo con la Climate Resiliency Report, por cada $1 invertido en preparación frente a desastres se generan $13 en ahorros: $6 por daños evitados y $7 por la preservación de la actividad económica, como empleo, ingresos y producción.
“Los desastres naturales golpean la economía porque paralizan el trabajo de las personas, obligan al cierre de negocios y perjudican la infraestructura. El resultado es que hay menos ingresos para las familias, menos oportunidades y miles de hogares empujados a una situación de vulnerabilidad económica. Por eso, necesitamos un Estado sólido y eficiente que no solo responda cuando la emergencia ya estalló, sino que actúe desde la prevención porque es la única forma de proteger vidas”, concluyó el economista.