El Instituto Peruano de Paternidad Responsable (Inppares) lamenta profundamente el fallecimiento de una menor de 13 años, de iniciales LL.O.Y.N., con 8 meses de gestación, en Satipo, región Junín; debido a complicaciones relacionadas con el parto, pues su cuerpo no estaba preparado para llevar a término un embarazo.
Esta es una evidencia del por qué las niñas no deben convertirse en madres. El cuerpo de una menor no está preparado físicamente para concretar una gestación, presentando con mayor frecuencia complicaciones graves que ponen en riesgo su vida.
Inppares insiste en que obligar a una menor a continuar con un embarazo puede ser calificado como tortura y es una clara violación a sus derechos humanos. En ese sentido, solicita a las autoridades pertinentes aplicar los protocolos de aborto terapéutico a menores en caso de violación sexual.
La muerte de esta menor sucedió el 26 de setiembre pasado, Día de la prevención del embarazo adolescente, fecha que nos recuerda que este es un tema de salud pública que afecta y trunca el proyecto de vida de miles de niñas, adolescentes y jóvenes.
Según cifras del Ministerio de Salud, en lo que va del 2023, un total de 28,648 adolescentes de 12 a 18 años se han convertido en madres en el Perú. Esto significa que cada hora, seis adolescentes de 15 a 18 años se convierten en madres.
El aborto terapéutico es legal en el Perú desde 1924 y es un derecho a la que todas las personas con capacidad de gestar deben tener acceso frente a un embarazo que ponga en riesgo su vida, su salud física y/o mental.
Así lo estableció el Ministerio de Salud, en el 2014, al publicar la “Guía Técnica Nacional para la estandarización del procedimiento de la Atención Integral de la Gestante en la Interrupción Voluntaria por Indicación Terapéutica del Embarazo menos de 22 semanas con consentimiento informado en el marco de lo dispuesto en el artículo 119° del Código Penal”.