Tenis de mesa es base para el desarrollo integral

Tenis de mesa es base para el desarrollo integral

Deporte que empodera

150,000 escolares del país son parte del programa Impactando Vidas.

El deporte como medio socializador ayuda a desarrollar grandes cambios. De eso se sostiene la Asociación Mónica Liyau para continuar con su labor de promover el crecimiento integral del niño en el Perú mediante la práctica del tenis de mesa con un modelo de empoderamiento total.

Desde hace seis años, la Asociación Mónica Liyau y el programa social Impactando Vidas, con el apoyo estratégico e importante del Instituto Peruano del Deporte (IPD), desarrolla actividad deportiva en doce regiones del país, beneficiando a 150,000 niños de escuelas públicas de las regiones de Puno, Junín, Lambayeque, Huancavelica, Ayacucho, Lima, Callao, Piura, Ica, Cajamarca, Áncash y Cusco.

Tres niveles

Los menores, de entre 7 y 14 años, se desenvuelven en tres niveles del deporte: recreativamente, con las mesas de concreto en los patios de los colegios; a nivel intermedio, participando en la selección de cada colegio en los Juegos Deportivos Escolares organizados por el Ministerio de Educación; y a nivel competitivo, entrenando en los centros de captación de talentos con las mesas plegables oficiales.

En la nueva normalidad por el covid-19, Impactando Vidas se reinventó y se adaptó a esta nueva forma de vida, debido a que la coyuntura ofrece la oportunidad de crecer como individuos y crear una sociedad y una educación mejor.

En el 2020, antes de que se suscite el fenómeno de la pandemia, viajaron con diez niños a Argentina. Durante ese año y en el 2021 se generó mucho material educativo para los infantes. Todas estas escenas fueron reunidas en el segundo documental que fue expuesto el jueves último en el primer Colegio Nacional Benemérito de la República Nuestra Señora de Guadalupe.

“El currículo del 2020 para nosotros, además del tenis de mesa, tenía un punto vital y era fomentar las habilidades blandas. Precisamente, en este documental exponemos cómo estos hábitos se desarrollan gracias a la disciplina deportiva”, manifestó Liyau.

Trabajo integral

A cada uno de los chicos les hicieron llegar a sus casas una mochila con pelotas, raquetas y un cuaderno de trabajo en el que estaban escritas las habilidades blandas, que son la empatía, la comunicación, el trabajo en equipo, el manejo del estrés, la toma de decisiones, el compromiso social, la honestidad, la igualdad y la superación.

Las clases durante el 2020 fueron de manera virtual. Dos veces por semana llevaban cursos de tenis de mesa, clases de psicología en las que desarrollaban las habilidades blandas y de nutrición.

En el presente año se dieron las clases semipresenciales teniendo en cuenta que la educación física es la primera materia autorizada. Se ha incidido en la enseñanza de los derechos fundamentales que tienen cada uno de ellos (niños y jóvenes) por medio del tenis de mesa. Se prepararon libros basados en esos puntos.

“La aceptación de los niños y padres de familia es muy buena, ya que el tenis de mesa, además de ser el deporte que más desarrolla el cerebro en el ser humano, mantiene el metro y medio de distanciamiento social; por ende, no hay contacto físico.

Los chicos han encontrado en el tenis de mesa una fuente de inspiración y de empoderamiento personal. Nuestros indicadores y métrica señalan que con nosotros los niños han mejorado en la atención, concentración, en el razonamiento matemático y la autoestima”, enfatizó.

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