• Al ser combinadas con arroz, papa o sangrecita, su valor nutritivo se incrementa y se convierte en una buena alternativa para el menú semanal.
Las habas secas, junto a otras menestras, son alimentos de origen vegetal de alto poder nutricional: son una buena fuente de carbohidratos, y por tanto de energía, así como de aminoácidos y otros componentes de las proteínas, esenciales para la formación de músculos, huesos y otros tejidos.
Aunque su proteína no es de la misma calidad que la de las carnes, su valor biológico puede incrementarse al ser consumidas con arroz, papa, huevo o sangrecita. Incluso, al ser combinadas con cualquiera de estos productos, las habas son una alternativa menos costosa y por lo tanto a considerar dentro del menú semanal.
Todo este valor es reconocido por el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, que las distribuye a las niñas y niños estudiantes de la región Junín, para que se mantengan activos en sus horas de clases y obtenga así un buen aprendizaje.
En cada 100 g de habas partidas, hay 55.30 g de carbohidratos y 25.90 g de proteínas. Asimismo, 8 mg de hierro que, para ser mejor absorbido y aprovechado por el organismo, debe consumirse con vitamina C.
Igualmente, posee minerales importantes como el fósforo (395 mg), calcio (48 mg) y zinc (3.14 mg), así como tiamina, riboflavina, niacina y otras vitaminas, todos importantes para el crecimiento, el sistema inmunitario y desarrollo mental.
Por otro lado, contienen buena cantidad de fibra (25%) y una porción ínfima de grasa (2.4%), que las hacen recomendables para personas afectadas por males reumáticos e hipertensión, que requieren una dieta equilibrada.
En Junín, las madres y padres de familia echan mano a su creatividad y las preparan para sus hijas e hijos en guisos, purés y ensaladas. Tostadas también son deliciosas para una pausa activa de media mañana y así retomar con fuerzas las clases o cualquier jornada.