Escrito por: Álvaro Díaz, director de Pulso Salud.
Para nadie es un secreto que las enfermedades como la diabetes, hipertensión, cáncer, entre otras, son las principales causas de mortalidad y discapacidad en el mundo moderno1. Si bien gran parte de estas patologías tardan años en desarrollarse, existe un indicador que todos deberíamos conocer y que podría alertar oportunamente acerca del riesgo de presentar algunas de estas alteraciones: el síndrome metabólico.
En lenguaje común, el síndrome metabólico, más que una enfermedad es un conjunto de factores de riesgo que se presentan al mismo tiempo en el organismo de una persona, como obesidad, presión arterial alta, colesterol HDL (colesterol bueno) bajo, niveles elevados de azúcar o triglicéridos2, condiciones que vienen siendo manifiestas en gran parte de la población.
De acuerdo con cifras oficiales, el 60% de peruanos, mayores de 15 años, presenta obesidad o sobrepeso3; mientras que, 1 de cada 5 personas, en este mismo rango de edad, tienen hipertensión arterial4. Por otra parte, se estima que hay un importante grupo que aún no ha sido diagnosticado en cualquiera de estos trastornos y, en esa línea, existe una alta probabilidad que presenten síndrome metabólico y no lo sepan, exponiéndose en un futuro al desarrollo de enfermedades como diabetes tipo 2, infartos y otros problemas cardiovasculares5.
El efecto que tiene este síndrome en la salud de las personas impacta, a su vez, en su desempeño laboral, ya que, al presentar esta condición, disminuye su productividad y aumenta el ausentismo laboral. Además, por la reincidencia de las personas a los centros de salud representa una carga importante para el sistema de salud.
Una clara muestra de la prevalencia de este síndrome en esta población, son los casos identificados en nuestras clínicas durante los últimos años, en los cuales se puede observar que alrededor del 60% de los trabajadores a los que se les realizó exámenes médicos ocupacionales presentan un factor de riesgo metabólico y casi el 40% cuentan con hasta dos factores, cifras que se manifiestan de modo más o menos similar en todos los colaboradores a escala nacional, sin importar rangos de edad, género, actividades laborales o región donde se realizan.
Ahora, ¿Qué se puede hacer para cambiar esta realidad? Mucho, pero es un proceso que lleva tiempo y que requiere de la participación de todos. Es necesario que tanto las autoridades del sector, junto a todos los que formamos parte del sector salud, trabajemos de forma unificada para impulsar la educación y prevención del síndrome metabólico, ya que la identificación y control oportuno significaría la reducción del riesgo de las enfermedades crónicas, y esta es una prioridad para la Organización Mundial de la Salud (OMS)6 y de hecho para cualquier reforma o mejora del sistema de salud.